Cuando Padre e hijo nos presentan la comunidad sefardí del Perú.
PAR Elie Benchetrit
LVS- Usted ha sido Presidente de la Comunidad Sefaradi de Perú
y de Asociación Judía del Perú, puede decirme en que época?
Fui Presidente de la Sociedad de Beneficencia Israelita Sefaradi, nombre de,la Kehilá Sefaradí peruana, desde el 2011 hasta el 2014. Durante el año 2013 también asumí la Presidencia de la Asociación Judía del Perú.
LVS -¿Cuál es su ocupación actual ?
Desde el año 2015 hasta el 2017 tuve a cargo la dirección de educación judía en el colegio “León Pinelo”, la única escuela judía peruana. Y luego, desde el año 2018 soy Director General.
LVS – ¿Cuantos judíos, sefaradim y askenazisviven actualmente en Perú?
La comunidad judía cuenta con cerca de 2,500 miembros. La mitad de ellos pertenece a la Kehilá ashkenazí definida como ortodoxa ; un 25% está afiliada a la comunidad sefaradí, también ortodoxa y el 25% restante corresponde a la comunidad ashkenazi conservadora o masortì.
LVS-¿Podría Usted darnos un breve apercibido acerca de la historia de la instalación de los judíos en Perú?
Si bien la presencia judía en el Perú se remonta al Virreinato, ésta se diluyó con el tiempo. La actual comu-nidad judía peruana basa sus orígenes en la inmigración desde diferentes países de Europa y Asia producida en las últimas décadas del Siglo XIX y primeras del Siglo XX. La comunidad sefaradí fue formada fundamentalmente por inmigrantes provenientes de Turquía.
LVS-¿En cuales sectores de la economía del país están los judíos más presentes?
Contamos con empresarios con diversos niveles de opera-ción y en diferentes sectores de negocio. En el industrial destaca la participación en el sector textil, en el de mate-riales de construcción y en el de plásticos. En el comercial tenemos importadores de útiles de escritorio y alimentos, así como algunos miembros de la comunidad que cuentan con cadenas de librerías y de equipos electrónicos.
LVS- ¿Nos puede Usted presentar algunas de las más importantes organizaciones comunitarias y del número de sinagogas en Perú?
Además de las tres kehilot, tenemos el “Bikur Jolim”, hogar de las personas de la tercera edad y que además atiende las necesidades de salud de personas con dificultades económicas, el “Hanoar Hatzioní”, movimiento juvenil sionista al que asiste la gran mayoría de niños y jóvenes de la comunidad y el colegio “León Pinelo” creado en 1946 y que es considerado como el epicentro de la comunidad judía peruana. Así también contamos con el club “Hebraica”, orientado a las actividades deportivas, sociales y culturales.
LVS-¿Cuál es el tipo de relaciones entre el gobierno y la comunidad Judía?
La relación es cordial y respetuosa, pero no hay intervención importante de miembros de la comunidad en el gobierno o la política.
LVS-¿Es fuerte aún el sentimiento de identidad sefardí en su comunidad?
Lamentablemente no. Se mantiene aún entre los mayores, sean inmigrantes que aún viven o hijos de ellos, pero las nuevas generaciones no encuentran diferencias significativas entre judíos sefaradim o ashkenazim. El ladino se ha olvidado y son muy pocos los sefardim jóvenes que escuchan música sefaradí o tienen preferencia por algún plato típico de la cocina de las abuelas o bisabuelas sefaradíes. Incluso la historia de los judíos de Sefarad; aporte intelectual, persecusiones, Inquisición, criptojudaísmo, Expulsión y la vida en la llamada Diáspora Sefaradí son temas fundamentales pero que no son am-pliamente conocidos. Desde hace pocos años estos temas son estudiados por los alumnos de Secundaria en el colegio “León Pinelo”.
LVS -¿Como ve Usted el porvenir de la comunidad judía del Perú?
Cada vez más jóvenes de nuestra comunidad emigran a los Estados Unidos, Canadá, a Israel o a países de Europa para seguir estudios. Y esto abre el camino para que, en muchos casos y al terminar sus estudios, esos jóvenes desarrollen vida laboral, empresarial y familiar fuera del Perú, lo que irá re-duciendo paulatinamente la población de la Kehilá peruana. Sin embargo, considero que la solidez institucional de la comunidad del Perú, la cercanía casi familiar y la fraternidad entre sus miembros permitirá que se mantenga por mucho tiempo más una comunidad pequeña pero de cálida vida judía.
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